En el marco del Día Internacional de la Mujer, conocido también de manera reciente como 8M, mujeres de nuestro país, así como de otros alrededor del mundo, se manifiestan de diversas formas para exigir a las autoridades y a la sociedad en general el respeto y la garantía de su derecho a la igualdad sustantiva ante la ley, así como el derecho a una vida libre de violencia en los diversos ámbitos en los que se desenvuelven: sus hogares, sus empleos, o espacios públicos, como el transporte público.
Una de las dudas que surgen en torno a ello es el papel de los hombres en la lucha por la igualdad sustantiva. Hay acciones que diversas organizaciones que trabajan temas de masculinidad impulsan en el marco del 8M. Desde Delibera, consideramos pertinente y necesario señalar algunos puntos de la agenda pendiente que tienen los hombres con respecto a la igualdad de género, y que las organizaciones que trabajamos con esta población debemos impulsar de manera constante:
El silencio y las emociones, ya que es importante la verbalización de las mismas.
El riesgo y sus implicaciones, que se materializan en ejemplos como los conflictos viales, las riñas vecinales, la ansiedad por obtener respeto y reconocimiento, entre otras.
La salud, tanto sexual, reproductiva y mental; así como el manejo de las emociones, el envejecimiento y el autocuidado.
La paternidad y el sentido de responsabilidad como componentes del ser hombre: por ejemplo, la paternidad temprana como búsqueda del sentido de la vida.
La solidaridad con las mujeres, con otros hombres, con la comunidad y la relación con los trabajos de cuidados e higiene doméstica.
La reflexión sobre el empleo y el sentido del empleo: en tanto una reflexión crítica al papel de proveedores y sobre el desempleo.
Los modelos para criar hombres: ¿sólo futbolistas, sicarios, narcos, boxeadores y bisneros?, ¿y la educación y el empleo formal?
Atendiendo temas como los enlistados, así como otros más, es como los hombres pueden aportar para lograr la igualdad sustantiva, lo cual contribuirá a mejorar los vínculos con las personas con quienes se relacionan: tanto con las mujeres, con sus hijos e hijas, hermanos, primos, amigos, novios, esposos, amantes, padres, tíos, abuelos; así como con otros hombres, desde la camaradería, la complicidad, el antagonismo.
Sin duda, consideramos que las cosas van a cambiar: las mujeres van a seguir resistiendo, demandando, cambiando leyes, creando instituciones contra la violencia, presionando al estado, sancionando a los culpables, educando a sus hijas e hijos con valores igualitarios, buscando a los desaparecidos, marchando, reuniéndose en juntas vecinales, pacificando el país. Lo harán con nosotros, sin nosotros o a pesar de nosotros.
Algunos datos sobre violencia hacia las mujeres en Jalisco
Los datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) señalan que Jalisco se encuentra en la tercera posición de los estados con mayor proporción de violencia hacia las mujeres, solo detrás de Ciudad de México y el Estado de México.
Respecto a percepción de seguridad, la Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU) llevada a cabo por INEGI, indicó que en 2018 el 82,4% de personas en Guadalajara dijeron sentirse inseguras en su ciudad.
La encuesta sobre percepción de seguridad y acoso sexual en espacios públicos de Guadalajara mostró que el 49,3% de las mujeres encuestadas dijeron sentirse inseguras y el 15,2% muy inseguras (ONU Mujeres, 2018, p. 25), lo cual indica que el 64,5% de la percepción de las mujeres en este tema es negativa.
Por otro lado, el 66,2% de encuestadas ha sufrido miradas morbosas en el municipio, al 46,1% le dijeron palabras morbosas y el 81% ha tenido incidentes de acoso sexual u otras formas de violencia, de las cuales el 70,7% fueron durante los últimos 12 meses (ONU Mujeres, 2018, p. 33).
Según Fela Pelayo López, titular de la Secretaría de Igualdad Sustantiva Entre Mujeres y Hombres del Estado de Jalisco (SISEMH), el 48.7% de las mujeres jaliscienses ha sufrido violencia, pero solamente el 9% la han denunciado ante las autoridades (Gutiérrez, 2019).
El Sistema MIDE de la Secretaría de Planeación y Participación Ciudadana señala que en 2018 se reportaron 32 feminicidios, mientras que en lo que va del año el municipio de Guadalajara ya reporta 3 casos (SPPC, 2019). Indicando que es uno de los municipios con más casos dentro de la entidad federativa.
Según información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Guadalajara se encuentra en el número 15 de los primeros 100 municipios con presuntos feminicidios, (SESNSP, 2019)
Algunos datos sobre violencia entre hombres en Jalisco
Las configuraciones negativas de las masculinidades y los mandatos que estas introyectan en los varones no afectan únicamente a las mujeres, sino que también hay consecuencias nocivas entre pares. Como los datos muestran, son los hombres los que generan más violencia y delincuencia; sin embargo, también son los que más mueren a causa de ésta.
En 2017, las agresiones (homicidios) eran la séptima causa de muerte en Jalisco (IIEG, 2019), registrándose un total de 1,586. De las cuales 1,428 corresponden a hombres y 142 a mujeres (hay 16 casos no especificados), que en porcentaje se traduce a 90.03% de varones y 8.95% de mujeres. En proporción, de cada 10 personas asesinadas en Jalisco, 9 son hombres, lo cual podría ser consecuencia de dinámicas de violencia establecidas por mandatos de género (INEGI, 2019).
Por otro lado, según la investigadora Elena Azaola Garrido, una buena parte de los homicidios registrados está relacionada con el crimen organizado y/o conflicto entre pandillas (Karen, 2019).
Datos de la Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (ENPOL-INEGI) señalan que en 2016 había 16,014 personas privadas de la libertad en Jalisco (mayores de 18 años), de las cuales el 70.1% estaban entre los 18 y 39 años.
Del total de la población en reclusión, el 96.4% eran hombres y el 3.6 mujeres, lo que indica que es muy superior el número de varones asociados a la comisión de delitos con relación a las mujeres.
Por otro lado, en Jalisco durante 2017, hubo 658 casos de suicidio, de los cuales el 79.6% corresponden a varones y el 20.2% a mujeres (IIEG, 2017). Según los registros de 2000 a 2017, los suicidios han tenido un incremento paulatino en la entidad y salta a la vista que en todos los años es mucho mayor el número de hombres que de mujeres.
En aquel estudio se reveló que en Guadalajara se habían cometido 102 de estos suicidios, lo cual lo posiciona en el segundo lugar de la zona metropolitana solo detrás de Zapopan.
Según información proporcionada por la Clínica de Atención Psicológica Integral para el Bienestar del CUCS (U. de G.), de cada 10 pacientes adultos que reciben asesoría y terapia psicológica en esta institución 8 son mujeres. En el mismo comunicado la doctora María Guadalupe Covarrubias de la Torre, indicó que “Parece ser que la mujer tiene más facilidad para pedir ayuda cuando lo requiere que los varones” (González, 2018).
Finalmente los datos de IIEG indican que para el año 2016, el 55.8% de defunciones corresponden a hombres y el 44,1% a mujeres a pesar de que poblacionalmente las cifras están invertidas, esto podría estar relacionado con una configuración de masculinidad que impide a los hombres buscar ayuda médica o llevar a cabo chequeos periódicos.
El reto
En Delibera, partimos de que la atención y la colaboración de los hombres es crucial para lograr juntos una sociedad más igualitaria y menos violenta. Sin la participación de los hombres y el cuestionamiento de las bases sobre las cuales están configuradas las diferentes formas de masculinidad no es posible un cambio importante.
Por otro lado, sin el trabajo conjunto entre la sociedad civil organizada, las instituciones del Estado y de las comunidades, las y los ciudadanos, en un nuevo paradigma de gobernanza, será difícil avanzar juntos y de manera sostenida en la erradicación de las violencias hacia las mujeres y la generación de modelos positivos y no violentos de masculinidad.
El presente texto enmarca la urgente necesidad de estrategias de intervención —desde el estado y la sociedad civil— focalizadas en los generadores de violencia: los varones de la comunidad, del barrio, de los grupos de esquina, de los centros laborales, de las escuelas, las universidades, que recorren las calles y el transporte público, que acuden a los hospitales, que habitan las prisiones, en fin, que están por todos lados y en todos ellos generan violencia por mandatos de género.
González, M. (2018). Hombres adultos quienes menos solicitan atención psicológica. Guadalajara: Universidad de Guadalajara. Consultado en: http://www.udg.mx/es/noticia/hombres-adultos-quienes-menos-solicitan-atencion-psicologica
IIEG. (2019), Sistema de consulta de información sociodemográfica por colonias de Jalisco 2010, Guadalajara: IIEG. Consultado en: https://www.iieg.gob.mx/contenido/PoblacionVivienda/ciudadesmedias/gdl.html
Karen. (12 de agosto de 2019) “Violencia golpea más a jóvenes entre 15 y 24 años”. Plumas Atómicas, consultado el 12 de agosto de 2019, en: https://plumasatomicas.com/noticias/violencia-noticias/jovenes-violencia-asesinatos/
ONU Mujeres. (2018). Acoso sexual y otras formas de violencia sexual en el espacio público: municipio de Guadalajara. México: ONU Mujeres, Universidad Autónoma de México Unidad Iztapalapa. Consultado en: http://www.izt.uam.mx/wp-content/uploads/2018/11/ONUMUJERES-ACOSO-SEXUAL-GUADALAJARA.pdf